Bitácora político, cultural, literaria, social, no hay otra

7.3.06

El 8 de marzo es lo que tiene, que se celebra todos los años

Y a mí el caso es que el 8 de marzo todos los años me hace entrar en contradicciones -y eso que he ido a más de dos y de tres manifestaciones-. Por un lado está bien que se recuerde que las mujeres somos trabajadoras -aunque trabajamos todos los días del año- y por otro, hace que el hecho de pensar que tenemos un día "especial", haga que no tengamos claro que tenemos los mismos derechos, y que no tengamos claro que debemos considerarnos como iguales. No sé. Contradicciones. ¿El día del hombre trabajador? No me cuadra, insisto.

Dicho esto, mayor contradicción me suponen, si cabe, noticias como la que he leído hoy: M. Teresa Fernández de la Vega ha inaugurado en Mozambique, el "Congreso Internacional España-África por un mundo mejor", junto a Graça Marchel, esposa de Nelson Mandela -doy el dato porque, me temo, que a la señora se la conoce por estos lares por mujer de... lo que no deja de ser triste- aunque también es presidenta de la Fundación para el Desarrollo de la Infancia. Contradicción. Digo que me hacen entrar en contradicción, porque enfrentan a dos mundo que no tienen nada que ver, y ya estamos los y las (que hoy si que no puedo permitirme el no ser políticamente correcta) europeas de bien enseñando a los "pobres" africanos cómo debe comportarse, desde el ejemplo moral (y sobre todo económico) que supone que Europa baje a hablar con África y a darle dinero si sigue sus indicaciones. Antes también lo hacíamos con Latinoamérica, pero ahora, por suerte, parece que ellos dan más lecciones de las que reciben.

María Teresa ha dicho: "Tenemos los argumentos, tenemos los derechos, que están reconocidos en el papel, y tenemos la energía para hacerlo si estamos juntas". ¿Las mujeres? ¿Las europeas? ¿Juntas? eso no se lo cree ella ni cuando lo dice, la verdad, porque, por sorprendente que parezca justo hoy publica Amnistía Internacional un informe en el que afirma que al menos 36 países tienen leyes que discriminan a las mujeres por el mero hecho de serlo: exclusión en el derecho al voto (como en Arabia Saudí), impunidad de la violencia doméstica (en Nigeria, por ejemplo, y aquí, sin ir más lejos), pasando porque, como en Chile, el marido es "el titular de la custodia de los bienes conyugales". Sorprenden los datos, porque hace ya 25 años que se adoptó la Convención para la Eliminación de Toda Forma de Discriminación contra la Mujer (CEDAW, en sus siglas en inglés) de Naciones Unidas y la han ratificado 181 países (algunos con reservas y, como no, quedan fuera EE UU o Sudán).Ahí es nada. Sigamos.

Ella sigue pidiendo, cosas "Es la hora de restituir a las mujeres el poder que se nos arrebató", frente a mujeres que, en muchos casos, no tienen ni siquiera el poder de decidir si quieren o no casarse, si quieren o no trabajar, y su pueden o no estudiar. Graça Marchel se ha acercado más a sus compatriotas y ha hecho más reales sus demandas para la mujer que trabaja la tierra, pero no la controla, para la que contribuye de forma significativa al desarrollo desde la economía sumergida, pero "no cuenta, no está en las estadísticas", para ella ha pedido leyes igualitarias, porque "no existe". ¡No queda poco camino que andar antes de reivindicar otras cosas!, me parece a mí.

No sé, como guiño, os dejo una de las respuestas de la entrevista que le hace Juan Cruz a Isabel Coixet en El País este domingo donde, a propósito de la palabra mujer, dice: "Somos la mitad de la humanidad, las que más trabajamos, las que menos cobramos. Debimos hacer algo malo para que nos pase esto. ¡A lo mejor antes las mujeres fuimos hombres!". Será, será. ¡Nos castigaron!

5.3.06

Desde los madriles de Cárcel de Ventas a Leo Bassi

Ayer, ya en Madrid, me pasé toda la tarde entrevistando a prisioneras políticas de la cárcel de Mujeres de Ventas. Todas tienen más de ochenta años y sorprende la lucidez con la que te explican y argumentan el por qué decidieron participar en la guerra civil, cuál fue su implicación política, cómo se sintieron cuando vieron que el conflicto podía durar algo más de lo previsto y cuál fue su sensación cuando, tras la Junta de Casado -el general que vendió a la república- vieron desaparecer el proyecto republicanos que había nacido nueve años antes y, claro, cómo vieron caer como moscas miles de compañeros suyos, sin jucios ni "mandangas legales" porque el gobierno de Franco no le hacía falta. Sorprende, digo, pero reconforta.

Lo que tambén sorprende, y mucho, pero no reconforta nada es que a Leo Bassi la misma -o parecida- intolerancia de la derecha del ayer, haya querido cargárselo sin más, por hacer un espectáculo en el que hace una apología del laicismo, y se disfraza, entre otros, de Benedicto XVI y de Dios. Bien está, mientras no le obliguen a verlo a quien no quiere. Por cierto, ayer noche lo vi en una entrevista en la tele, y a prpósito de las caricaturas sobre Mahoma y comparándolo con sus imitaciones, decía que "las caricaturas tendrían que haberlas hecho un musulmán, porque la crítica, y el reírse de las costumbres ha de ser algo que se haga desde el colectivo al que se pertenece, no desde el de enfrente", y la verdad tiene razón.

Yo, que ya ni me soprendo de que la historia se repita, que setenta años después la intolerancia de la derecha se manifieste con bombas y amenazas, de momento, intentaré encontrar entradas para ver el espectáculo de Bassi antes de volver a Barcelona.

Es que estos aterrizajes míos... no me dan más que disgustos

Acabo de llegar desde MadriZ, con cuatro horas de retraso en la T4, porque han llenado el depósito del avión más de lo que al avión podía llevar como carga, nada mal, y en el correo me encuentro -por cortesía, confío, de Francesc- el enlace del nuevo partido español/catalán éste que han montado Carreras, Arcadi, Boadella, Azúa y compañía -Ciudadanos de Cataluña- y me entero de que, para más inri, tuvieron la mala idea de leer el manifiesto de presentación el año pasado el día de mi cumpleaños. Paciencia.

Como vengo de no leer la prensa en unos días me he puesto al tanto de inmediato, claro, porque la mala leche de lo de Iberia ayuda mucho en estos casos y se puede volcar en otras cosas.

Se han juntado en el Tívoli 1700 personas. El lugar elegido no es puro azar, fantasean con la idea de que son hombres y mujeres de cultura -sabido es que el intelectual vende más, aunque sólo lo sea de boquilla, y si además es catalán ni digamos- y qué mejor que un teatro como centro de reunión y, además, Boadella puede hacer de bufón -en este caso disfrazado de mosso de escuadra-. Digna profesión hasta que el amigo Albert se hizo "dueño" de la misma. Y desde el Tívoli amenzan -o eso me parece a mí, con constituirse como partido político en tres meses, con sus candidatos, listas y, sobre todo, subvenciones que es a lo que van. Bien.

Por lo que veo van por objetivos a alcanzar. Todavía no tienen candidatos, ni estructura orgánica ni programa, pero ya tiene un objetivo político, cargarse el Estatut. En la línea de las últimas manifestaciones "en contra de" propugnadas desde el PP. Rechazan el nuevo Estatuto catalán, para que salga deslegitimado de las urnas, dicen; cuando las urnas han sido, si no recuerdo mal, las que lo han legitimizado. Empezamos mal. Porque esto ya huele a aquello de que sólo me gusta la democracia cuando gobiernan los míos, mal.

Superado el tema Estatut, el otro caballo de batalla es, claro, el nacionalismo. Una ideología que para Espada debe ser "expulsada del espacio público y mandarla a la alcoba, junto al crucifijo", no aconseja la cárcel para los nacionalistas, o la reeducación porque quedaría feo. Diga usted que sí. Expulsemos a aquellos que no piensan como nosotros, que esos no nos gustan nada. Y, para que quede claro el talante aclaran que lo que quieren es un partido antinacionalista, de izquierdas, de tradición ilustrada -¿recordáis aquello de todos por el pueblo pero sin el pueblo?, pues eso, los ilustrados- y a favor de un bilingüismo real también en las instituciones catalanas.

Veo que también han traído a opinar del "conflicto catalán" al "ilustre" filósofo Fernando Savater -si alguien tiene tiempo y ganas que compare la trayectoria ideológica del Sabater de los años sesenta y setenta, donde dije digo, digo...- , quien reconoció asistir «con admiración y envidia a la muestra de una sociedad madura» en la que los ciudadanos descontentos «no se limitan a despotricar». ¡Meec! error, sí se limitan a despotricar, que no tienen programa con proyecto de futuro, sólo se quejan.

Y, así, como para acabar, sigo husmeando en la web y, mira qué cosas, me encuentro que tienen un Premio de la Fundación del PP Gregorio Ordóñez. ¡Ay! señores "ilustrados" "catalanes" de "iquierdas" se les está viendo el plumero.