Bitácora político, cultural, literaria, social, no hay otra

5.11.05

"La doble vida del faquir", los Goya y la Guerra Civil

Llevo días preparando un ciclo sobre Guerra Civil en el FNAC -conferencias, pelis, música, un poco de todo- e intentando localizar documentos (pelis y documentales, que el resto de material lo tengo más controlado) sobre el tema que, a poder ser, se hayan visto poco y aprovechemos para difundirlos un poco más. Hasta aquí todo bien. El otro día me encuentro con Pere, se lo comento y me dice que vea dos: una de ellas "La doble vida del faquir", de la otra ya os hablaré. Hasta aquí bien también, porque sabido es -y no lo digo yo- que Pere es de los que lo sabe todo sobre el tema y si lo aconseja... total que "le compro la idea" a cambio de que haga una de las dos presentaciones del ciclo. No estamos como para desperdiciar oportunidades.
Bien, ayer noche Joan me las trae (sí, sí, están en cartelera todavía, pero los miembros de la academia, a lo que se ve, reciben copia de todas las pelis que se presentan a los Goya para votarlas y por eso las tenemos, prebendas de los directores de cine) y ponemos "La doble vida del faquir". Un documental que -entre flashbacks- hace un paralelismo entre los niños que vivieron en un hospicio catalán durante la guerra (fuera de Barcelona, y por lo tanto, ni se enteraron prácticamente de la misma) y que rodaron una película "La doble vida del faquir" en el año 38, y los ancianos en que se han convertido ahora y sus recuerdos de aquellos años. Hasta aquí también bien. El problema que las vivencias personales de la mayoría de nosotros son eso, vivencias personales que, me temo, solo nos interesan a nosotros y a nadie más, cuando la anécdota no puede generalizarse, como es el caso de todos ellos. Y si, como en el caso del documental, no sirve ni siquiera para ejemplificar una época y, además, está rodada en su mayoría en planos fijos -sí, fijos- de los entrevistados, cortados y pegados, entrelazados con la peli del 38... no sé qué deciros. En fin.
Al final, decepción con el documental, aunque "fascinada" con dos de los personajes que salen. Uno de ellos, Xavier Bagué y Bofill, heredero del señor que donó el hospicio y el terreno que lo rodeaba al estado español a principios de los años treinta. Empieza quejándose de que se le ha reducido la herencia porque su antepasado tuvo a bien regalar a unos cuantos niños pobres parte de su patrimonio y que, acto seguido dice que fue militante del PSUC. Uno de los mejores ejemplos de nuestra izquierda burguesa. Y con María Teresa Pascual, la niña rica del pueblo que acabó siendo la protagonista en el años 38 de "La doble vida del faquir", porque en el hospicio no había niñas y que, aún hoy, mantiene esa sobervia de la derecha franquista que se evidencia cuando, en una charla con el protagonista de "La doble vida del faquir, éste todavía tartamudea cuando la tiene en frente. Paciencia.
Luego, ya con ganas de guerra civil, me pongo a leer testimonios de prisioneras de la cárcel de ventas y sí, claro, esas mujeres sí que vivieron una guerra, y aquí sí los testimonios se hacen universales. Tanto que, ya no sé cómo evitar que me pasen estas cosas, a la media hora de empezar a leerlas tengo que dejarlo porque estoy a punto de ponerme a llorar. Paciencia de nuevo. Hay que conocer la historia para desear que no se repita.

4.11.05

A veces... veo muertos

La frase es la del niño -repelente, la verdad- del Sexto Sentido y aunque yo, no veo muertos, lo que veo es, en más ocasiones de las que me gustaría, mucho provinciano en TV3. Hoy -lo recuerdo y me hago cruces- Mikimoto, en un programa que se ha montado para recorrer el mundo a la caza del catalán fuera de la patria, estaba en Jordania. Y al entrar en as ruinas de Petra el comentario ha sido "siento tanta paz como cuando entré en el Teatre Nacional". ¡Acabáramos! Espero, sinceramente, por el bien de todos, que yo no haya entendido la ironía, igual que no entiendo muchas veces el humor andaluz, ni el anuncio que acaba de hacer el Betis para que se apunten socios. País!
Y claro, tras tanto ardor patrio, así, como para contrastar, me he puesto a buscar cosas de Leo, que como aún no la hemos visto a mí me ronda todavía si es virtual o real -de verosímil, no de realeza, se entiende-. Y no, seguimos sin tener fotografía del retoño real. Pero al menos ya sabemos que la hermana de la princesa de Asturias (estoy utilizando más títulos nobles en mis textos en estos últimos días que en toda mi vida) Telma no es novia del Alberto de Mónaco. Menos mal, que parecía que se iban a profesionalizar las hermanas en la sangre azul.
Hoy no voy a entrar mucho en el Estatut. Necesito reposar, porque desde que sé que vamos a tener identidad catalana ya no sé ni qué soy. Claro que si Ibarra prefiere la denominación de región para Extremadura frente a identidad nacional, creo que me apunto a asumirla.
El problema de Ibarra es que se le ve el plumero, y en realidad lo que le preocupa es lo que a todos el dinero. Menos lobos Juan Carlos, que luego resulta que somos los catalanes los peseteros del país: "Mucha esencia, mucha identidad nacional pero al final mucho dinero", apuntó Ibarra esta mañana, quien agregó que "estarán dispuestos a renunciar a la nación pero no al dinero". "Eso es por lo que jugamos aquí y ahí sí voy a estar en primera línea". Ay!, si tendré que decir de nuevo el ladran luego cabalgamos...

3.11.05

"Es que.... dentro de la casa todo se magnifica"

Sí, sí, estáis leyendo bien, es una de las frases más utilizadas por los concursantes de Gran Hermano cada vez que salen de su encierro voluntario y se enfrentan con la realidad. Pues bien, el otro día comentábamos una amiga -Mónica- y yo que se podría establecer un parelelismo entre la política estatutaria y GH y va a ser cierto. O al menos esa es la sensación que he tenido hoy, pero diría que a la inversa. "Es que... fuera del congreso -yo por ejemplo- frente a la televisión, viendo el debate en el congreso de los diputados, todo se magnifica":
- TODOS, y cuando digo todos digo TODOS han votado la constitución de la transición y TODOS, de nuevo todos, han sido padres de algún articulillo de dicha constitución -claro que el señor Fraga no estaba allí que era uno de los que no la querían-. - Los catalanes -TODOS- somos buenos, solidarios y constitucionales -los que más con diferencia en boca de ZP-;
- Los socialistas -TODOS- son coherentes y conciliadores -al menos los que nos han hablando hoy, que a Ibarra y Bono ni se les ha visto el pelo, porque rompen el guión de la casa cada vez que se sienten nominados, - El cuatripartit al completo -PSC, ERC, IU y CIU- en términos políticos, correctamente parlamentario y cumpliendo lo previsto dentro del marco constitucional.
- Y los del PP los malos de la película -TODOS también, claro-. Aquí quizás no se magnifica tanto y tiene su mérito, porque son los únicos que, fuera o dentro de la casa, mantienen el discurso de la intolerancia y el centralismo, y tiene que ser difícil ser siempre el malo y mantenerse tantos años. "Ustedes han pasado de hablar catalán en la intimidad, a no respetar la decisión de los catalanes", les ha dicho Rubalcaba, tras hacer una defensa nunca antes vista ni oída sobre los valores de los catalanes en general y del estatuto en particular... Pero ni eso es cierto, hablar hablan "igual de poco" y "respetar, lo que se dice respetar" me parece a mí que es un verbo del que desconocen la definición. ¿Nos estamos volviendo locos? Porque ¿a qué encerrar a gente en una casa si ya sabemos quién va a ser el jugador que gane? o sea, que el resultado de la votación para admitir a trámite el Estatut iba a ser afirmativo. ¿Acaso no depende el PSOE del tripartit para que le aprueben los presupuestos del Estado? Pues eso, dos y dos son cuatro, y diez horas de debate, aunque en su mayoría han sido entretenidos (a mí casi todas las intervenciones que he visto me lo han parecido), son más que suficientes para obtener un resultado conocido.
Sin embargo, una de ellas (en realidad ha sido rueda de prensa) ha sido la que más me ha convencido de la "locura" política en que vive sumida Catalunya y por ende catalanes y, of course, el resto del estado no seamos políticamente incorrectos que no son horas. Y ha sido la de Maragall tras las intervenciones de Manuela de Madre, Carod y Mas. ¿Le pasaba algo que ha empezado repitiendo frases -"no les voy a hablar de lo que ustedes han escuchado", no quiero volver a repetir lo que todos han entendido perfectamente"-? ¿Se fía Maragall, para confirmar el resultado, de la lectura de manos de la adivina que lo ha parado antes de entrar en el Congreso? ¿Hacía falta felicitar a los príncipes de Asturias por el nacimiento de Leonor y aprovechar para decir: "Vivimos en una España tan libre y moderna en la que, y aprovecho para felicitar a los padres, hasta vamos a tener una reina". Tras lo cual, ha añadido, como quien no quiere la cosa, "ni ustedes ni nosotros quedemos hablar de historia, no nos interesa el pasado, sólo el presente", diga usted que sí señor President. Y ya, como si le hubieran dado una pastilla de la risa: "Me alegro de que la respuesta del PP -de la rueda de prensa, porque aún no han intervenido- haya sido tan sensata Permítanme que les diga que hoy me siento tan feliz como el día que empezaron las Olimpiadas, aquello fue el triunfo de una ciudad, esto será el triunfo de todo". Eso sí que es modernidad, Pascual y lo demás son tonterías. Y eso sí que es una rueda de prensa y lo demás cutres intervenciones televisivas. Bueno, bueno, bueno, bueno... Acabemos, y así ha sido: "Si tienen alguna pregunta que hacer me la hacen, y sino nos vamos a comer que todos tenemos hambre", Maragall dixit.
Y yo, a todas estas, claro, sigo siendo fan de Marín, porque se necesita tener paciencia para aguantar todo el día sin ponerse nervioso y acabar por concederle la última palabra a Rajoy porque -dice- "yo sí que creo que hay que dejar hablar a la oposición, para que no haya en este hemiciclo restos de otros tiempos".

2.11.05

Leonor (II) y el Rockefeller Center

Creo que el tema Leonor va a durar más de lo que nos gustaría, y yo prometo no insitir más que lo justo. Sólo deciros que me sorprende que en la era de "lo que no se ve no existe" todavía tengamos que esperar unos días para ver las imágenes de "la futura reina" y que -¡menos mal!- ha sido la entrada en la clínica de un botones vestido con su tradicional traje rojo y cargado de una cesta para bebés el que me ha confirmado que el nacimiento no era una entelequia.
Luego ha sido la red, claro, la que me lo ha vuelto a confirmar. Porque la Casa Real ha registrado todos y cada uno de los dominios posibles de la "futurible" ’reinaleonor’, ’princesaleonor’, ’infantaleonor’ ’infanta-leonor’, leonorreina’, ’leonorprincesa’, y ’leonordeborbon’ ( en todas sus extensiones comerciales, ’.com’, ’.net’, ’.org’, ’.biz’, y ’.info’). Aunque, Spais is diferent, claro está, se ha dejado uno ’princesa-leonor.com’ que lo ha comprado una empresa de diseño web. ¡Los listos! Y eso que yo soy de las que siempre dice que me lanzaré a comprar dominios y luego, llegada la hora, ni me acuerdo. ¡Menos mal que el mío lo tengo asegurado 5 añitos y no se me va a escapar que sino...
Además, nobleza obliga, la Casa Real ha enviado por su parte una solicitud a Red.es, entidad encargada de la gestión de ESNIC, solicitando el bloqueo de todos los que aludan directa o indirectamente al nombre de Leonor. La petición fue formalizada por la Casa Real y abarca prácticamente todas las variables posibles. De este modo, Red.es actuará conforme a la ley y bloqueará los dominios solicitados para comprobar si se ejerce un derecho legítimo sobre ellos. El que puede puede, ¿no os parece? Porque los demás si no estamos atentos nos quedamos sin nuestro nombre en la red en un periquete.
Una salvedad. Dice Isaías Peral Puebla, Jefe del Centro de Comunicaciones e Informática de la Casa Real, que el departamento técnico comenzó a registrar los nombres "justo después de que saliese publicado el comunicado oficial del nacimiento, cuando se supo que era niña y que se llamaba Leonor". Y yo, mirando mirando, porque eso sí que en la Red es fácil, veo que registraron los dominios a las 22.00 horas. Y ahora ya no sé si era Juan Carlos el único que no sabía cómo se iba a llamar la primogénita o si también en eso nuestro Rey nos miente. Vaya usted a saber.
Y lo peor, este runruneo como de fondo que se desprende desde los medios de que el nacimiento de la princesita va a hacer que se acerquen los dos partidos mayoritarios -léase PSOE, PP- que hasta ahora estaban algo resentidillos y dejen a un lado sus diferencias. Por aquello de que la reforma constitucional necesita dos terceras partes de la cámara. No, si va a resultar que va a ser la infanta del talante, ¡lo que nos faltaba!
En fin, y eso que a mí, en realildad, si queréis que os sea sincera, ahora mismo, lo que más me apetece sería ir a N.Y. y, tras un paseo por Central Park, o cualquier parte que me gusta toda la ciudad, subirme a la terraza-bar que han abierto en el Rockefeller Center, que llevaba 20 años cerrada, y disfrutar de las vistas de una de mis ciudades preferidas, aunque, me temo, no es tan fácil que se cumplan los deseos.

1.11.05

Leo y la reforma constitucional

Veo que Leti ha dado a luz. ¡Bien está, porque no se iba a quedar para siempre embarazada!, Me entero, también, de que ha dado a luz una niña -mira por dónde- y al final la cesarea ha sido en una clínica privado; que la mujer del césar... y esas moderneces de ir a la seguridad social a mí, por ejemplo, no me parecían lo más acertado, que hay mucha gente que no tiene dinero y no vamos a quitarle una cama, cuando Leti pagando tiene la clínica que quiera gracias a nuestros impuestos. ¿No os parece?
Bueno, sigo. Dicen los expertos, esos mismo cerebros privilegiados que auguraban el nacimiento de un varón para evitar problemas de sucesiones, que el hecho de que sea una mujer obliga a que se modifique la constitución española, para que Leonor (ese es el nombre elegido para la niña) pueda un día reinar. ¡Mira tú qué bien!, pienso de inmediato. Así Leo también podrá hacer la mili, porque será jefe (o cómo se llame) del ejército español.
Y eso que parecía que era muy complicado, o impensable, que se modificara la Constitución del consenso (palabra que cuanto más utilizo más me molesta)... con lo mucho que se la habían pensado, con lo minucioso que fue el redactado que aprobaron los padres esos de la patria -entre los que no había ni una sola mujer, dicho sea de paso- para no dejar flecos sueltos.. Y ahora resulta que todo el mundo dice que le parece bien redactar de nuevo ese artículo para que Leonor reine. Algo que, no se les vaya a olvidar, no puede hacerse sin un referendum.
En fin, en fin... Me voy animando que esto del referendum me gusta. Porque, digo yo, que puestos a hacerlo, no sé si no deberían consultarnos antes también si queremos o no el régimen que tenemos, lo digo por no empezar la casa por el tejado. ¿Cómo voy a contestar si quiero o no que Leo reine, si antes no me dejan decir que lo que no quiero es que reine nadie?
Eso por un lado. Y por el otro, que ya puestos a modificar la constitución, quizás deberíamos aprovechar para modificar más cosas, ¿no? ¡Ay!! Zp que te veo negociando y aplicando talante con vascos y con catalanes a por un estado federal... y nosotros que seguimos con la llave de la gobernabilidad en la mano... claro que puestos a soñar también me gustaría imaginar a ZP negociando con IU a por el referendum entre monarquía o república.
No, si al final vamos a tener que darle gracias a la periodista que, siguiendo el clásico de Pretty Woman, accediera a la corona y nos devolviera al menos el derecho a reivindicar la república.

31.10.05

De Safran a Coixet

Repetir conmigo, como si de un mantra se tratara: Cuando un amigo te recomienda un libro, a sabiendas, como es mi caso, de que no haces más que leerlos y no tienes ni un hueco libre, tienes que leerlo. No es un consejo casual, existen bastantes posibilidades de que acierte. Y eso aunque se trate de una novela, género con el que cada vez tengo relaciones más distantes porque he tenido unas cuantas experiencias nefastas, dicho sea de paso, y me cuesta decidirme a leer una. Pero si, como me ha pasado a mí con “Tan fuerte, tan cerca” haces caso –en mi caso a Mónica, que es quien me la recomendó y ha prometido que cuando acabe de escribir el libro de la moda me deja la primera del autor-, puedes devorar una novela en dos días, y reconciliarte con el género de inmediato, la verdad.
Yo ni conocía la existencia de Jonathan Safran -autor que tuvo notable éxito, por lo visto, con “Todo está iluminado” su primera novela-, pero os aseguro que la forma en que está narrada esta novela –desde la perspectiva de un niño de 9 años que en algunas ocasiones parece mayor, la verdad- ha logrado sorprenderme y engancharme, por fresca e inesperada. Y no sólo porque intercala entre sus páginas fotografías y dibujos que enlazan perfectamente con el texto, sino por cómo lo dice y lo identificada que logras sentirte con el personaje -a pesar de su edad, quizás aquí es donde menos acierta-.
El protagonista inicia su relato el día después del atentado a las Torres Gemelas, donde muere su padre: «“Necesito saber cómo murió”, dije. (...) Para dejar de inventármelo. No puedo parar de inventar», reconoce Oskar de quien sabemos conforme avanza la novela que lee la «Historia del tiempo» de Stephen Hawking, nada mal para un niño de 9 años. Bueno, no sigo porque mi misión no es hacer crítica literaria, ni copiaros citas que he marcado en el libro, pero si cae en vuestras manos…
Otra cosa es –y vuelvo al principio-, aunque no sé si plantarme u obviar el tema, si los consejos que te dan tus amigos de dividen, ahí se complica todo mucho. Y los hay que me aconsejan ver “La vida secreta de las palabras” y comentarla luego y las hay que me llaman para decirme “ni se te ocurra que te vas a pegar una llorera innecesaria, mejor vete a ver la obra de la Cubana”. Y yo que no he llorado nunca en el cine, no sé si me apetece o no iniciarme en esas tesituras, la verdad. Aquí me temo que la decisión es mía y… todavía no sé si me gustaría ver la peli de “mi doble”, irme simplemente a tomar unas cañas o ir a ver "La novia cadáver" de Tim Burtton que, también me han dicho, es pura poesía y me apetece más, la verdad. Porque yo en el fondo –y nunca lo repetiré en público, ni siquiera a cualquiera de los que me leéis en privado- lo que quiero es ver es historias de amor como las de Takeshi Kitano, esas en las que los protagonistas se miran a los ojos y no hace falta más. Que estoy un poco harta de realidades y necesito que me alejen de películas planificadas para enfrentarme a la realidad. ¡Dios, si va a resultar que en el fondo soy una romántica!

30.10.05

¿Os acordáis de Amina Lawal?

Hace unos días comentábamos una amiga -Laura- y yo un curso que hicimos hace años de ONG y cómo nos explicaban que no se debía intervenir en las costumbres culturales del país al que se estaba ayudando en ese momento –en aquel entonces nos pusieron el ejemplo de las ablaciones y de unos pozos que contaré otro día-. Es cierto que los occidentales, antes, ahora y siempre, tenemos una “sana” costumbre que me temo es difícil que modifiquemos y es que tendemos a imponer nuestra cultura –“la única buena”- allá donde vayamos y en el caso de las ayudas al Tercer Mundo esta tendencia se acusa. Pues bien, hoy sale en El País una noticia sobre Amina Lawal que parece que ejemplifica lo anterior. ¿Os acordáis de ella?
Su caso –condena de lapidación por adulterio- fue uno de los primeros que puso en macha las campañas de firmas a través de la red. Y se logró que el tribunal islámico de Nigeria la absolviera y pudiera regresa a su pueblo, Kurami, donde en la actualidad vive con dos de sus hijos. Dejadme antes de seguir que os explique el argumento para lograr su absolución, porque lo he encontrado surrealista. Una vez el padre de su hija –que no estaba casado con ella- jurara ante el tribunal que la niña no era suya fue liberado sin cargos -cuando jura un hombre es que jura de verdad, claro-. Como corresponde. Mientras que ella, que juró que tuvieron relaciones porque le prometió que se casarían, fue condenada a ser llevada a un lugar público, entrerrada hasta el cuello y ser apedreada hasta la muerte. El hecho de no estar casada –se había divorciado hacía un año- y tener un hijo la convertía de inmediato en adúltera y justificaba la condena. Sus abogados –y esto es lo que me ha sorprendido- plantearon entonces una estrategia basada en las viejas teorías del pensamiento islámico malikí, según las cuales, una mujer puede dar a luz a su hijo hasta cinco años después de ser concebido -¡diga usted que sí!- y los jueces dieron por bueno el ardid y anularon la condena en septiembre de 2003.
Hasta aquí todo bien. Y esto es, sin duda, lo que más les gusta a algunos de los trabajadores de ONG. Pero los occidentales igual que ayudamos, olvidamos la ayuda y cuando según nuestro criterio ya está resuelto un tema cambiamos a otro y dejamos en el camino a miles de inocentes que, como Amina, tuvieron a bien fiarse de nosotros. Ahora Amina tiene 34 años y su destino ha dejado de estar en manos de su marido para estar en manos de sus familiares hombre. ¡Sí señor, un gran cambio! Que ella asume como le han enseñado: "Es Alá el que decide por nosotros".
Allí la dejó Occidente una vez ganado el juicio. Pero no contenta -la ONG y su abogada- con retornarla a su pueblo ¡le buscaron un marido! ¡Hicieron un casting en la ONG WRAPA (Avance y Protección Alternativa para los Derechos de la Mujer), por aquello de que la mujer decida, imagino. ¡Una asociación de mujeres que se plantea hacer un casting de maridos! Ahora sí que dudo entre sorprenderme o cabrearme, si queréis que os sea sincera. Un marido “que no me gustaba”; dice ella en la mini entrevista de El País y volvió a quedarse embarazada. Y mientras, y esto es lo mejor, los occidentales de pro que ayudaron a Amina, que lograron su absolución, rentabilizan su triunfo en protagonismo, popularidad y fama, imagino, y ya ni recuerdan su cara. Ni, por supuesto, se preguntan cómo habrá logrado sobrevivir. Eso, me temo, no les interesa mucho porque ya se ha rentabilizado en los medios. “Es la voluntad de Alá”, dice Amina y, me temo, que en realidad es el eterno egoísmo de occidente.